3 min

Control parental en Internet. ¿Qué debemos saber?

Controlar los contenidos a los que tienen acceso nuestros hijos en la red es un tema que genera siempre un interesante debate ético. Pasarse o quedarse corto es siempre fácil.

¿Pero qué es el contenido inapropiado? 
¿Control parental o censurar a nuestros hijos?

Internet es una herramienta sencillamente maravillosa. Los que nacimos sin ella y hemos visto su expansión inexorable ya no recordamos cómo era el día a día antes de que llegara a nuestras vidas. 

Y es que estar interconectados a este nivel, poder conectarnos mediante videollamada para sentir más cerca a nuestros seres queridos, tener a un clic y un segundo una cantidad inconcebible de información y disfrutar de cantidades ingentes de entretenimiento es un auténtico privilegio. Los que teníamos que consultar las engorrosas enciclopedias de lomo verde y nos entreteníamos con una malla de naranjas damos buena fe de ello. 

Pero claro, como en todo en esta vida, las herramientas prodigiosas esconden también un lado oscuro. Y es que Internet puede estar plagado de contenidos desagradables para nosotros. Y por ende y con más razón, inapropiados para los más pequeños de la familia. 

Y es que según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en nuestro país un 99% de los adolescentes de 15 años dispone de acceso a Internet. Y el 86% lo hace sin un sistema de filtrado de contenido considerado inapropiado para ellos. Y otro dato preocupante, casi el 40% podría verse expuesto a estos contenidos inapropiados.

Niños entrando en Internet

¿Pero qué es el contenido inapropiado? 

Aquí podemos distinguir entre:

  • Contenidos ilícitos

  • Contenidos nocivos

  • Contenidos peligrosos

  • Contenidos poco saludables

Pornografía, contenidos racistas, apología de la xenofobia o el terrorismo, asociaciones ilícitas, tutoriales o prácticas dañinas y autolesivas, apuestas y juegos de azar online..e incluso incitación a prácticas como la anorexia, el bullying o el suicidio. 

Además de todos estos peligros potenciales, existe también un problema que se está acrecentando paulatinamente: las adicciones digitales. Cada vez son más los preadolescentes y adolescentes que destinan muchísimas horas al día a consultar e interacturar mediante las redes sociales y servicios de mensajería online , y que muestran conductas violentas o depresivas cuando se les priva de ello. 

Aspectos todos ellos muy preocupantes que bajo ningún concepto deben caer en manos de los más jóvenes. Para evitar esta indeseable situación, existen herramientas que permiten establecer un control parental que sea capaz de bloquear todo este tipo de contenido inadecuado. Y tenemos distintas formas de activarlos, en función del dispositivo y la app que quieras utilizar. Los dos sistemas operativos más usados disponen de esa función: 

  • iOS: En los dispositivos de Apple existe un apartado de “Restricciones” para limitar contenidos o directamente bloquearlos. Para activarlo: Ajustes>General>Restricciones.

  • Android: Aquí puedes crear varios perfiles de sesión. Y en los que quieras restringir contenidos, desactivar la descarga de instalaciones de origen desconocido o limitar el uso de determinadas webs. Para activarlo: Ajustes>Seguridad>Orígenes desconocidos. 

Además de estas herramientas, dispones de otras (gratuitas o de pago) para sacarle todo el partido con multitud de ajustes de control parental. He aquí un listado de las más utilizadas, de carácter gratuito: 

  • Tiempo de uso / Screen Time de Apple

  • Family Link

  • k9 Protection

  • Secure Kids

  • Qustodio

  • Control familiar de Microsoft

  • ESET parental control para Android

Y también algunas de pago, como Family Time.

¿Control parental o censurar a nuestros hijos?

Con el control parental seremos capaces de monitorear todas las páginas o cuentas que visiten, así como bloquear determinadas páginas o restringir contenidos que puedan suponer una amenaza. También se podrán establecer límites de tiempo o eliminar su acceso a determinados videojuegos extremadamente violentos o a los que no se tenga edad para jugar según la etiqueta PEGI, que regula estos aspectos y propone una edad mínima para jugar a cada uno de los títulos que aparecen en el mercado. 

El dilema ético está sobre la mesa, como no podía ser de otra forma. ¿Hasta qué punto es lícito violar la privacidad de un menor para ver los contenidos que han consumido? ¿Podemos llegar a capar contenidos por cuestiones de ideología? ¿Quién nos asegura que estamos siendo coherentes?. En algunos casos, los más extremos, no hay debate alguno, pero en otros nos pueden surgir todas estas preguntas. 


Eso sí, no lo olvides, desde Ysi te aconsejamos que la principal arma de la que dispones es la comunicación con tus hijos. Normalizar hablar de los contenidos que ellos mismos están mostrando en redes sociales, de las horas que se han dedicado al día a navegar, si ha habido algo que les ha resultado chocante e incluso compartir con ellos consejos sobre lo que es evitable y lo que no comporta ningún problema. Es un desafío, de acuerdo, pero que antes o después tienes que afrontar.

Foto autor

Autor: Christian Val

Menú
ysi... hay algo mejor