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¿Dónde probamos los coches autónomos?

Pues en un videojuego, por ejemplo. Google ha creado un mundo virtual llamado Carcraft a tal efecto

La legislación, la principal traba en el mundo de los coches autónomos
El campus virtual, la solución

Pues aquí seguimos, ensimismados ante esta época de evolución tecnológica que nos ha tocado vivir. Sumidos en la sensación de que la rueda innovadora no deja de girar. Un paso adelante en esta vorágine de progreso es, sin duda, los coches que se conducen por sí mismos. Una utopía propia de las mentes creadoras más retorcidas de la ciencia ficción que en nada se convertirá en una realidad palpable, que cambiará nuestro concepto del transporte, al igual que lo están haciendo otros inventos en vías de expansión como el Hyperloop, del que ya os hablamos hace poco en ysi…

Lo que hace diez años podía ser un sueño, ahora es una realidad, al menos a nivel técnico. Quedan por pulir, eso sí, multitud de cuestiones aún, perfeccionar el producto a un nivel altísimo para evitar accidentes se convierte en la prioridad número uno. Aquí no podemos arriesgarnos a sacar una primera generación de coches autónomos con fallos por pulir, donde son las vidas humanas las que están en juego. Las estimaciones apuntan a que el coche autónomo comenzará a comercializarse a mediados de los años 20 (¿No se os hace rara esta terminología para la década que está a punto de empezar? Dan ganas de meterle un “felices” delante todo el rato)

Varios agentes se han subido al carro (automático) en esta frenética carrera por ser los primeros cuando el pistoletazo de salida se produzca. Tesla (cómo no) , Apple, Ford, Uber y Lift, su principal competidora a nivel mundial, ya tienen en mente su flota de coches autónomos en aras de mejorar el servicio.

La legislación, la principal traba en el mundo de los coches autónomos

Varias trabas acuciantes despliegan su sombra en el futuro idílico de los coches sin conductor. Una de ellas es la legislación vigente en muchos países, que va a suponer un problema de cara a su implantación. La India se ha convertido en el primer país que prohíbe su utilización, mientras en Europa tiene vía libre, en EE.UU. envuelto en mil y una batallas legales y en China se han vetado las pruebas en lugares públicos.

Y es que este es el segundo y acuciante problema. ¿Cómo probar dispositivos que pueden resultar un peligro en la carretera? En zonas privadas habilitadas para estas probaturas no existe ningún problema, pero cuando toca encarar la realidad de la carretera es otro cantar. Este quebradero de cabeza para las empresas se solventa de momento mediante el uso de videojuegos. Quién lo diría, pero los sandbox tipo Grand Theft Auto son de gran utilidad en este campo. El MIT, centro tecnológico que de esto sabe un rato, aseguró hace nada que este tipo de videojuegos son muy útiles de cara a recrear diferentes situaciones típicas de riesgo. Y cuando hablamos de riesgo no nos referimos a Trevor, uno de los protagonistas del juego, de carácter digamos algo alocado, conduciendo una pick up mientras atropella viandantes sin ton ni son.

El campus virtual, la solución

Estos entornos virtuales son especialmente productivos a la hora de superar las limitaciones que ofrecen las pruebas en entornos “reales”. Por ello, Google y su subdivisión encargada de la automoción autónoma, Waymo, han desarrollado un campus virtual llamado Carcraft (en homenaje velado a Warcraft, otro videojuego) generando réplicas de ciudades reales, como Austin o Phoenix, y poniendo en ellas a circular virtualmente hasta 25.000 vehículos para analizar y entender posibles riesgos o problemas que puedan surgir cuando la implantación de los coches sin conductor sea una realidad tangible. Toda esta nueva información se descarga en los coches, que “aprenden” nuevas situaciones constantemente. Sin duda un impulso importante de cara a conseguir su implantación antes de los márgenes previstos.

Foto autor

Autor: Christian Val

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